y yo nací
perezosa de mimos
y cuidados.
(Inevitablemente)
Noviembre me devuelve
a los Tenorios primeros,
al tiempo de los pies fríos
y la bolsa de agua caliente.
Noviembre huele entonces a castañas
asadas sobre el brasero,
a un futuro sin dibujar,
a la seguridad absoluta.