viernes, 16 de diciembre de 2011



La Luna, Lunita
se pasea por las rebajas.
¡Está tan desfasada!






miércoles, 7 de diciembre de 2011


La cama plegable estaba en la cámara
donde los trastos y los jamones.
De una alcayata colgaba siempre el mismo calendario
fuera el año que fuera.
O quizás siempre fue el mismo año.
Santa Lucía llevaba los ojos en una bandeja
y el almanaque irradiaba un incierto éxtasis technicolor.
A pesar del miedo
yo deseaba, más que nada, ser santa.



martes, 8 de noviembre de 2011

sábado, 29 de octubre de 2011

Es pera la pera.
Es pero el pero.
Y la abuela espera
lo que espera el abuelo.



jueves, 13 de octubre de 2011

BATIBURRILLO
Cuatro esquinitas tiene mi cama,
cuatro angelitos que me acompañan,
uno me da leche, otro me da lana
y dos
por dos
son cuatro. Cuatro y dos son seis.
Seis y dos son ocho y ocho dieciséis.


domingo, 9 de octubre de 2011


PRIMERA LECCIÓN DE URBANIDAD
Por mí y por todos mis compañeros.
Pero por mí el primero.




miércoles, 21 de septiembre de 2011

Siempre las tildan

En el ejército
de las esdrújulas
los helicópteros
son libélulas.



viernes, 2 de septiembre de 2011

Participación en Postcards from Paris


La mañana que decidí venir a París no hubo ninguna señal del cielo, ni tampoco es que quisiera huir de ese rumor de pena constante que me dejó la muerte de mi madre (como el eco de una caracola aleteando contra el corazón). Mi vida era cómoda en una ciudad cómoda con un cómodo trabajo. Las cosas parecían haberme venido rodadas y yo me monté en esa rueda en la que elegía poco más que el traje que ponerme. Pero me bajé del tiovivo de feria abandonada. Me puse guirnaldas en el pelo y me dejé seducir por el eco de la música de una vieja gramola que llevaba una bella mujer (lo bastante alta como para poder ser una diosa de las antiguas leyendas indias) en la cabeza. Los primeros días o quizás fueran años, siempre cerca de la brasserie de l’Île (hay lugares que son un estado de ánimo), dibujaba las puestas de sol que se me caían del corazón. Las pintaba en las uñas de los transeúntes que querían extenderme su mano y siempre había alguien que me dejaba un franco o la historia de su vida o un croissant. Pierre me dejó las tres cosas y añadió las llaves de su casa. Los días de lluvia la casa de Pierre cruje como una vieja rodilla oxidada y crecen amapolas azules en los tiestos de la galería. Esos días el cielo de París es gris y yo hago cojines de ganchillo de muchos colores como los hacía mi abuela. Todavía Pierre me mira y se descoloca y necesita enmarañarme el pelo con sus manos grandes y ásperas para creerme. Marie, me dice. Y yo entiendo que podría haber sido en cualquier lugar. Pero fue en París.




miércoles, 8 de junio de 2011

En el patio

En el patio
de la casa
está la perra Canela.
El patio
de la casa
huele a Canela.


jueves, 2 de junio de 2011

En la biblioteca de Albatana

Con los niños de los clubes de lectura.

(Un abrazo y mi admiración para Lucía, la bibliotecaria. Imprescindible.)





viernes, 27 de mayo de 2011

La maleta en el CEIP JUAN XXIII



Ahora en Murcia, hemos disfrutado todos. Bécquer inefable. Y retahílas para contar. Hasta conjuros para resucitar avispas.
La princesa de Rubén Darío va a acabar por estar menos triste.
Un abrazo desde aquí a todos esos niños y a todos los tutores que nos han acompañado de tan buen grado. Gracias.

miércoles, 18 de mayo de 2011

nunca son noticia

Entre las grandes tragedias cotidianas

andan invisibles los suicidios rurales,

habitantes de un mundo de galerías subterráneas

que a veces asoma el hocico

y produce el espanto transitorio. El olvido.


La gente pobre y mansa

se suicida sin estudios.

Los hombres son más de cuerda.

Las mujeres más de vía. O desatascador

(después de las camas hechas y la ropa planchada).


Las esperanzas enmohecidas. Los largos inviernos.

El aire. El mismo aire.

Los hijos no nacidos. Los nacidos. La casa vacía.

La casa vacía.


Los inevitables suicidios locales

tienen el olor agrio de una mala digestión.

El tiempo del velorio es ácido,

los silencios espesos y el dolor avergonzado.

La visita al doliente es casi una huida disculpada.


Los pequeños suicidios de la gente pobre y mansa

no dejan más huella

que un erizo aplastado sobre el asfalto.

También los neumáticos olvidan.


martes, 19 de abril de 2011

Haiku de Luna Nueva

La bruja llora,
a veces ocurre esto.
Se siente sola.


Del poemario "Vamos a hacer un cuento"

jueves, 14 de abril de 2011

CEIP MANUEL GUILLAMÓN. ¿Qué es poesía?

(Tres sesiones: 4ºA, 4ºB, 4ºC)

Con mi maleta, que ya son tres, he desembarcado en este centro de niños, como los versos, de todos los colores. De niños callados, inquietos, bichos, dulces..., de niños. Hemos tenido algún bostezo a primera hora, muchas risas, mucho lío, y entre todo esto, mucha poesía.
Lo ideal es que estos talleres se hicieran más a menudo, como ha dicho una profesora, o que tuvieran un seguimiento posterior, pero, tenemos lo que tenemos, y hoy les ha llegado una ráfaga con un aire nuevo, sorprendente. Y todos, absolutamente todos, han sentido cómo Bécquer, nervioso, ante la pregunta más evidente que se le puede hacer a un poeta, nervioso pero de amor hacia la joven que adora y que para él representa la perfección, consigue esgrimir una respuesta: la mejor.





martes, 12 de abril de 2011

qué historia ésta

Para Lucas, que ha creado estos personajes.


La cabra macabra
se va por los cerros
cerritos, cerros
de la sierra alta.

La rana huertana
con refajo de lana
vive en un charco
que hay en la acera
-no queda huerta-.

La cabra y la rana
se vieron una vez,
una dice croa,
otra dice bee.

El caracol comecol
pensó "habrá tormenta".
Véte cabra al monte,
véte rana a tu acera.

Y la vieja oveja vieja
que los oyó
pese a oír poco o nada,
dijo "qué historia ésta
la del caracol, la cabra
y la rana de huerta".



viernes, 1 de abril de 2011

La maleta en el CEIP La Olivarera

(Dos sesiones: 4ºA, 4ºB)

Un breve recorrido por algunos poemas en lengua castellana, y, cómo no, La Canción del Pirata.
No sé la repercusión futura, pero de momento, poesía, para estos niños, ya no suena a rollo. Y jugando, jugando, adiestramos nuestros sentidos para que leer no sea sólo repetir sonidos sino bucear por las palabras, por las sensaciones que nos provocan ...



martes, 29 de marzo de 2011

La abuela dormilona, adaptación de un cuento

De cuando a los pueblos venían los cuentacuentos y las bibliotecas organizaban certámenes de narración oral...

Esta historia está hecha para ser coreada, a voz en grito, por los niños.


LA ABUELA DORMILONA

La abuela estaba frita

y yo quería tortitas.


Abuela, abuelita,

¿me haces tortitas?


Abuela, abuela

(como es un poco sorda, no se entera)


Probé más fuerte

a ver si había suerte.


Abuela, abuela


Y la abuela,

duerme que te duerme


Llevé el reloj de cuco

para despertarla de un susto

Cu-cú, cu-cú.


Abuela, abuela.

Cu-cú, cu-cú.


Y la abuela,

duerme que te duerme.


Estuve más de una hora

dándole a la taladradora.

Rrrrrrrrrr, Rrrrrrrrr.


Abuela, abuela.

Cu-cú, cu-cú.

Rrrrr, Rrrrr.


Y la abuela,

duerme que te duerme.


Como el asunto era serio,

avisé a los bomberos.

Niiiino, niiino.


Abuela, abuela.

Cu-cú, cu-cú.

Rrrrr, Rrrrr.

Niiino, niiino.


Y la abuela,

duerme que te duerme.


Fui a la granja en caballo

y me traje dos mil gallos.

Kikirikí, kikirikí.


Abuela, abuela.

Cu-cú, cu-cú.

Rrrrr, Rrrrr.

Niiino, Niiino.

Kikirikí, kikirikí.


Y la abuela,

duerme que te duerme.


Hasta desde el cielo

bajó un helicoptero.

Tacatacatá, tacatacatá.


Abuela, abuela.

Cu-cú, cu-cú.

Rrrrr, Rrrrr.

Niiino, niiino.

Kikirikí, kikirikí.

Tacatacatá, tacatacatá.


Y la abuela,

duerme que te duerme.


Como no podía entenderlo,

acabé llamando al abuelo.


Pero hijo,

me dijo.

La abuela es una princesa,

basta darle un beso

y suavemente se despierta.


Y así desperté a mi abuela

y me hizo la merienda.


miércoles, 23 de marzo de 2011

Nace el proyecto LA MALETA: Un viaje a la poesía



Nace con el fin de acercar la poesía a los niños, lectores de hoy y de mañana, personitas que pueden hacer que este mundo sea bastante mejor.




jueves, 10 de marzo de 2011

Amigas

La tortuga Felipa

se queda frita

debajo de la cama

de la abuelita.


La abuela respira fuerte

y en sus sueños

la tortuga Felipa

sueña que la mecen.


A veces la abuela reza

y se duerme rezando,

Felipa estira la cabeza

y se coloca el rosario.


Por las mañanas

Felipa

que es muy educada

y muy lista

empuja las zapatillas

hasta los pies de la abuela.

Despacio despacio llega Felipa.

Despacio despacio mete el pie la abuela.

Y se sonríen

lentamente

gozosas de conocerse.