El tiempo me ha cogido de la mano y ha echado a correr, como cuando en el patio del colegio (aquel panal de abejas de cuadros amarillos y blancos con una fuente y una morera, combas en mayo, gomas en abril) jugábamos al látigo y tocaba ser la última. El descontrol, entonces, era feliz.
Hay nostalgia en tus palabras...
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