sábado, 26 de septiembre de 2015

Adrián y el amor


A Adrián el amor le sobreviene como un herpes, debajo de la axila derecha y con ramificaciones hacia el pulmón. La primera vez el picor  comenzó cuando Juan le presentó a su primo en el Saltamontes y fue un prurito vertiginoso al agarrar juntos la barra protectora del vagón. La infección irreversible sería años más tarde y, aunque ocurriera en el aseo de caballeros de la biblioteca municipal,  Adrián  percibió entre el vértigo un lejano aroma  a algodón de azúcar.






Ganador I Concurso Internacional de Microcuentos "Cosas Pequeñas" de Mundo Editorial



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