viernes, 15 de enero de 2016

Números Naturales

Uno es uno
y cada mañana uno es el Sol
que despierta mi calle
y hace que bostece,
perezosa y chirriante,
la persiana de la panadería.
Dos, los ojos míos
color ruiseñor
que siempre andan buscando nidos
entre las antenas  de los tejados.
Tres, decía mi abuela, eran tres
las hijas de Elena
(tres eran tres
y ninguna era buena).
Entonces,
cuando los números sólo servían para contar,
entonces mi cama
tenía cuatro esquinitas
porque me acompañaban
cuatro angelitos que tuvo la loba.
¡No!, que la loba
tuvo cinco lobitos
(¿¿detrás de una escoba??).



No hay comentarios:

Publicar un comentario